Maximus -minimus
Ya estaba en marcha , sí , pero , ¿ cómo había llegado hasta aquí ..?
Mi secretaria , Alizia , me interrumpió con un recado . En realidad , no era exactamente mi secretaria , sino la de todo el departamento , aunque actuaba cómo tal . Supongo que debido a que , precisamente , yo no actuaba en ningún momento cómo su jefe .
- Dile que le llamaré mañana a última hora, que hasta entonces no sé nada .
Dicho lo cuál , puse la mirada de inmediato sobre la pantalla del ordenador , pero Alizia siguió hablando :
- Ah , los chicos de tu club te han mandado una especie de invitación o algo parecido , la tengo en mi mesa , ¿ te la traigo? ,
- Ya , ya sé qué es . Dice algo de degustación de Cerdo Ibérico , ¿ no? .. , tranquila no te molestes - y volví a la pantalla .
Me estaba dando cuenta que se me venía encima una tarea enorme . Que atender a mi trabajo y a lo ‘nuevo’ , me iba a resultar casi imposible . La pantalla me lanzaba las habituales tablas de datos , pero mi mente estaba en otras coordenadas .
Alizia se quedó todavía unos segundos plantada delante , muda . Luego se fue silenciosa . Faltaba poco para la hora de salida . Pero yo estaba luchando con la idea de ponerme en contacto con ‘ellos’ .
Lo que estaba máximamente prohibido : penado habitualmente con la muerte .
Sólo podía esperar un nuevo mensaje , y mientras tanto , ser el mismo .
Lo que , naturalmente , era casi imposible .